martes, 21 de febrero de 2012

Cambiaste todo.



Cambiaste el caballo blanco por un coche blanco. El color azul del típico príncipe por una sudadera Adidas. El ramo de rosas paso a ser un detalle que sólo tú sabías que me haría más ilusión que cualquier otra cosa. Conseguiste cambiarme los días tristes, conseguiste entenderme. Pero, también has conseguido que no sepa que hacer contigo, porque como dice esa canción “a veces te mataría, otras en cambio, te quiero comer”. Y todo, porque un día conseguiste hacerme creer que habías cambiado todos los cuentos de niños para hacerme feliz a mí.


miércoles, 1 de febrero de 2012

Ahora, ve.

Haz lo que quieras. Prueba el sabor de otros labios, y el chirriar de otras camas. Bésala todos los días al salir de clase. Mézclate con otra gente. Miéntete a ti mismo. Deja que el tiempo pase, si es eso lo que quieres. Vive una mentira, o tu verdad camuflada. Vive, experimenta. Crece, llora mucho y por muchas razones. Ten con ella lo que desearías tener conmigo, quiérela, o inténtalo por lo menos. Pero no intentes engañarte a ti mismo. No digas que no piensas en nosotros, que no recuerdas el brillo de mis ojos ni nuestras charlas interminables. No trates de buscarme en ella. Y ahora ve, pero recuerda cada paso que dimos juntos; recuérdanos, haz el favor.